miércoles, 22 de enero de 2014

El estómago de Don Julián.

Debería haber muerto hace tiempo atrás
¿Qué pasó con la vida que no le pudo matar?
"Hierba mala nunca muere" dijo el kioskero de Beltrán.
Tempestades desataba para su mugre repartir
ahogando a las hadas nunca dejó a nadie ser feliz
Monstruo de cien pies retorcidos bajo su manto de oscuridad
caminaba corría se arrastraba y nada tuvo nunca que ver con la libertad
De horrible ideología dura como cemento arena y cal
se deshacía con la humedad
pero un saco barato e impermeable
se cubría con su propia soledad.
"Hay seres que existen solo para cagarnos la vida"
dijo la peluquera de Bouchard
sin mas ni menos y sin dudarlo con una gran tijera empezó a cortar
un poco acá un poco allá para la cabeza de a poco despegar.
El estómago de Don Julián estaba un poco muerto
tal vez sea esa falta de vitalidad infantil que ya no podía guardar
se abrió la carne con sus manos y un ser pequeño encontró
al cual engordaba con lo que comía y que hasta ese momento no murió
fue como pez fuera del agua una vez fuera dejó de aletear
ya no movía sus grandes ojos ya no podía hacerle mal.
Él como todos era un hombre sin rencor
bueno por dentro y por fuera, sin contar el escozor
ladeó su cabeza como un perro de la calle
cada vez que alguien lo golpeó
pero un día Don Julián cambió
se levantó de su cama y todo el odio devolvió
sus pies inundados observaba con estupor
intentó levantarse pero patinando sobre su vómito cayó
"Vamos Don Julian la vida sigue una vez más"
dijo el florista caminador
le dió un clavel podrido y su camió continuó.
Ahora el asco que sentía parecía justificarse
se paró se limpió y la flor marchita enterró.
Pasaron los años una huerta sembró
pero aquel ser que guardó en su interior era transgenico
y una espina clavada le dejó
tarde se dió cuenta la herida ya cicatrizó
tuvo que volver a abrirla pero el veneno ya había hecho su efecto
Don Julián así murió.



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